Los muñecos de mi cuento (Serafina Quinteras)
Los muñecos de mi cuento (1940)
Por Serafina Quinteras
Los muñecos de mi cuento
son muñecos que comprenden,
que razonan y que explican.
Hablan, ríen, lloran, juegan
se diría… que son brujos
los muñecos de mi cuento,
porque captan y descifran
la sarcástica intención de una mirada
y el dolor de una sonrisa
Los muñecos de mi cuento
son los puntos cardinales de mi vida.
Sol… perfume… arrullo… brisa…
Cuatro notas bulliciosas!
Cuatro fuentes cristalinas!
Cuatro besos que mi beso cuadriplica
en el halo palpitante del amor y de la vida.
Los muñecos de mi cuento
son la obra prodigiosa de mi misma.
Tienen alma,
porque tuve la osadía
de ponerles en lugar de cuerda… vida!
Hay un príncipe romántico
que es bohemio, que es poeta y es artista.
Caballero de la luna,
paladín de la armonía,
lleva impreso en la mirada
algo así como el dolor de una partida.
Este príncipe romántico
que llegó de algún país maravilla
es el prólogo alborada
en el libro transparente de mi vida
…
Tres muñecas hacen ronda
en el bazar de mi alegría.
Una es seria, ensimismada,
soñadora, pensativa.
Tiene un beso de la noche en las pestañas
y dos ráfagas de luz en las pupilas.
Tiene un algo de misterio.
Al mirarla se diría
que ella sabe
lo que nadie ha descubierto todavía.
Esta mágica muñeca,
mi muñeca soñadora y poetisa,
la del beso de la noche en las pestañas
y la ráfaga de luz en las pupilas
es la página enigmática
en el libro transparente de mi vida.
La otra es ágil, sonrosada,
caprichosa, bailarina,
rehilete, quitasueño,
cascabel y campañilla
cornucopia singular de algarabía
que consigue ver las cosas
tras el ritmo platinado de la risa
La que tiene entre rizos
un desorden de colores
que se opacan y que brillan
sobre el fondo de terciopelo
de su frente alabastrina.
Es la página alegría
en el libro transparente de mi vida.
Y mi última muñeca
la muñeca que perora que discurre, y que fascina;
la muñeca de las seda,
de las blondas, de las gasas y las cintas,
la que tiene rosas rojas en los labios
y azabache en las pupilas,
fue quizás, en otros tiempos
una reina, una hechicera,
una estrella fugitiva
que cansada de los fastos
de su extraña trilogía,
con un beso tembloroso de sus labios
cerró el libro transparente
de la historia de mi vida.
Los muñecos de mi cuento
son la obra prodigiosa de mi misma,
porque tuve la osadía
de ponerles en lugar de cuerda… vida!
* Cajón de sastre de Serafina Quinteras (CONCYTEC, 1989)